Controle su destino: Despertando el gigante que lleva dentro

Autor: Tony Robbins

Páginas: 720

Precio: Papel 10,40 € / Kindle 6,17 €

Resumen:

¿Se deja arrastrar por circunstancias que parecen estar fuera de su control? Esa carencia de autodominio es consecuencia de múltiples factores: hábitos negativos, escaso conocimiento de los propios valores personales, dificultades en las relaciones con los demás… Todo ello causa esa angustiosa sensación de estar manejado por los otros, por “lo” otro.
En Controle su destino, Anthony Robbins propone una serie de pautas sencillas de seguir que nos ayudan a descubrir nuestras creencias más profundas, nuestras preguntas fundamentales. Propone, en suma, un viaje de autodescubrimiento cuya estación terminal es la más plena y satisfactoria realización de uno mismo.

Ideas destacadas de Controle su Destino:

1. Decisiones
2. Creencias
3. Emociones
4. Valores
5. Reglas
6. Identidad

Decisiones

Estas son las tres decisiones que has de controlar:

• En qué te enfocas
• Qué significa para ti cada cosa
• Qué hacer para crear aquello que deseas

Las decisiones se cambian con dolor o con placer.

Creencias

• Recuerda que las creencias no son reales ni inamovibles, se pueden cambiar asociándolas a placer o a dolor, también.

Emociones

Hay tres formas de cambiar tus emociones:

• Cambiar las palabras neutras a positivas, cambiar las positivas a ultra positivas y las negativas cambiarlas a neutras.
• Usa el cuerpo. Una emoción se puede crear con el movimiento.
• Utiliza tus preguntas para dirigir tu foco.

Valores

• Los valores como brújula, ya que, mediante ellos podrás distinguir cuáles son las decisiones acertadas.

Reglas

Éstas tienen que darte poder:

• Una regla te quita poder si es imposible de de cumplir.

• No está en tu mano comprobar si la has cumplido, depende de tu entorno o de otras personas.
• Muchas formas de sentirte mal y pocas de sentirte bien.

No hay reglas buenas o malas. O te dan poder o te lo quitan.

Identidad

• Es lo que creemos lo que nos hace ser como somos. Las creencias no son verdades, sin embargo las interpretamos como si lo fueran.